Me llamo Aurora , soy madrileña y estoy haciendo un máster en psicología
social. Analizamos comportamientos y percepciones que nos ayudan a entender mejor a la gente.
Este año como todos sabéis, las becas las han reducido y en consecuencia mi presupuesto . Hace unos meses que he empezado a trabajar por las tardes en la cafetería
de la estación para pagarme los estudios.
La cafetería esta bien ubicada, tienen muchos clientes, viajeros
que van y vienen, y residentes de la zona que pasan por ahí o que utilizan el
tren de cercanías para ir al trabajo.
"Estoy con este trabajo poniendo en practica los conocimientos que he aprendido en la universidad aunque sea detrás de la barra"
Para serles honesta, les diré que
falsifique mi currículo para que me dieran el puesto. No tengo ninguna experiencia como
camarera pero me esmero cada día atendiendo a la gente, soy rápida, agradable y siempre sonrío.
Cuando limpio las mesas y preparo la barra, me gusta observar a los clientes e imaginarme sus vidas. Inmediatamente y de forma inconsciente comienzo a analizar sus comportamientos.
Una tarde, creo que era jueves, había algo de revuelo en el café porque se jugaba por la noche un partido de futbol . Vi llegar a un caballero, me llamo la atención
porque iba impecable, llevaba sombrero a juego con la bufanda y parecía muy elegante. Me pidió un café con educación y una sonrisa,
mientras le servía comenzó a leer un libro, me pareció una novela de García Márquez.
Al rato llego una señora y se sentó con él, me acerque rápidamente a la señora para preguntarle si le apetecía tomar algo. Presumí que era su esposa por su edad y la confianza entre ellos. Conversaban como cualquier pareja. Estuvieron un par de horas y se fueron.
Al rato llego una señora y se sentó con él, me acerque rápidamente a la señora para preguntarle si le apetecía tomar algo. Presumí que era su esposa por su edad y la confianza entre ellos. Conversaban como cualquier pareja. Estuvieron un par de horas y se fueron.
Unas dos o tres semanas después,
le volví a ver acompañado con otra señora, sus risas y su complicidad me
hicieron pensar que esta también podría ser su mujer o que hubiera una relación
entre ellos. Llevaban libros y parecían comentar a los autores. Esa tarde había muchas mesas que atender así que no les pude observar
por mucho tiempo.
No le di mucha importancia al asunto, ni más rienda a mi imaginación
y lo olvide.
A la semana siguiente, el caballero vino de nuevo con otra mujer, mi compañero les atendió mientras yo limpiaba las mesas que habían al lado.
Esta vez no pude dejar de fijarme en la mujer, parecía estar
radiante, tenía una luz especial en su mirada, era mas joven que las anteriores y parecía enamorada, ambos reían
y compartían miradas, gestos y confidencias.
De nuevo volví
a apreciar en el caballero la misma complicidad que había visto con las otras
dos mujeres anteriores.
Empecé a limpiar la cristalera que estaba
cerca de la mesa que ellos ocupaban, me dedique a observarlos con detención, aunque con disimulo, eso sí, les vi que se rozaban como novios y de vez en
cuando se cogían las manos.
Esta vez en esa mesa no se compartían palabras como con la primera mujer, ni libros como con la segunda, con esta tercera se compartían miradas, gestos y silencios.
No pude evitar sentir un escalofrió por dentro. En un primer momento me hubiera gustado haber sido valiente y haber ido y hablado con la mujer durante unos minutos.
No pude evitar sentir un escalofrió por dentro. En un primer momento me hubiera gustado haber sido valiente y haber ido y hablado con la mujer durante unos minutos.
Pero después de unos segundos de reflexión, me di cuenta que ya era tarde y que nadie podría inmunizarla de los efectos de Cupido, sus flechas ya estaban clavadas.
Así que no podría hacer nada para evitar que su corazón se rompiera en pedazos.
"Un día ella sola descubriría que hay hombres que no saben decir que
no y que son caballeros porque nunca cuentan nada de las otras"
¿Crees que hizo bien la camarera o debería haber hablado con la señora?