Interesarse por lo que sucedía en el mundo y analizar las necesidades más cercanas creando proyectos para satisfacerlas era su pasión
Ahí surgía su éxito y su fracaso, su cara y su cruz, creía ingenuamente que descubrir el remedio apropiado para cada situación sería la solución adecuada.
En su animo por alcanzar los resultados esperados después de un gran esfuerzo y dedicación siempre faltaba el interés y la fidelidad de sus clientes. No sabia porque no conectaba, porque no generaba interés prolongado en el tiempo. Era apenas luz de un día.
No era consciente de que faltaba una variante en la ecuación de su falta de éxito.
Nunca había contemplado la importancia del envoltorio, su propio envoltorio.
Era de aquellas personas que no daba tanta importancia al continente del producto, de hecho era fiel compradora de marcas blancas hasta que un día por azar surgía algo que le hizo reflexionar y plantearse ciertas prioridades.
Una tarde encontró en la sección de lácteos del supermercado a una antigua compañera de la facultad, le sorprendió la imagen tan cuida, vestía impecable con colores claros que resaltaban su color de piel bronceada de piel, el peinado era como recién salido de la peluquería, lugar que ella no frecuentaba desde hacia años.
Se saludaron y vio que la amiga había depositado en su carro una marca conocida de leche mientras que ella se había decantado por una marca blanca mas barata y con una envase discreto y poco atractivo.
Le impresionó porque su amiga estaba dispuesta a pagar 40 ctm más por el producto si todos eran iguales, lo importante era el continente.
Al despedirse su amiga, le pregunto con tono jocoso donde has dejado tu envoltorio, y ella exclamó con una media sonrisa, el envoltorio no es importante, lo verdaderamente interesante está dentro.
Ahí se encontraba la clave de su trayectoria profesional, Sus contenidos no serían leídos, analizados y comentados sino disponía de un envoltorio atractivo.
Se había olvidado durante toda la vida de algo tan crucial como era el envoltorio, pensaba que la gente no le daría tanta importancia y menos ahora en época de crisis a de la ropa que llevases, al peinado en definitiva a la imagen que proyectases.
Pobrecilla durante toda su vida había creído que los contenidos eran cruciales y el envoltorio un simple adorno, accesorio y de poco valor.
La amiga le insistió cuando salí de la facultad era como tu, pensaba que lo importante eran los contenidos, cuantos más y mejor redactados tendrían mayor valor pero con los años descubrí que nadie los leería sino iban envueltos en un cuerpo atractivo, un vestido bonito, unos tacones considerables y por supuesto una sonrisa.
Sino consigues tener un envoltorio adecuado matizó la amiga nadie leerá tus contenidos ni te darán la oportunidad de escucharte
Esta conversación, le hizo pensar por un instante que en su vida siempre se había rodeado de contenidos trabajados, investigados, expuestos con esmero y dedicación pero que a penas pocas personas habían valorado.
Nunca una conversación tan trivial había tocado tan hondamente su fibra sensible.
Para su nueva etapa de vida se propuso, elaborar un plan de actuación, donde el continente su propia imagen olvidada por años a favor de los contenidos iría cogiendo protagonismo hasta llegar a ser la envoltura perfecta que permitiese abrir el regalo que durante tantos años guarda esperando para ser abierto y compartido con el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario